Público
Me pregunta mi padre que cuánto tiempo de vida le damos al nuevo periódico. No sé, la verdad, a menudo la pervivencia de los medios no se debe al número de lectores sino a otros aspectos más oscuros. El caso es que a mi personalmente no me agrada. Algunos motivos:
- Falta de veracidad: en el segundo número (creo), los responsables del diario apuntaban que la tirada se había agotado. En Valladolid y Palencia es cierto. Tanto como que los escasos puntos de venta a los que ha llegado el periódico sólo recibían dos ejemplares. Ah, por cierto, cada dos ventas, 5,50 € de comisión. Eso es potencia económica. En Madrid se pueden encontrar pilas de ejemplares a las 8 de la tarde. Agotados.
- Informaciones inexactas: por ejemplo el viernes, cuando un redactor se sorprendía por unas declaraciones en las que Emilio Sánchez Vicario (entrenador del equipo español de Copa Davis) aseguraba que el sorteo no era bueno. España comienza la competición contra Perú, ni mucho menos un rival complicado. Lo que el periodista prefería omitir es que las siguientes eliminatorias se jugarían ante Alemania y Estados Unidos. De ahí que el sorteo no le gustara al capitán.
- Titulares: no sólo son insípidos, sino también faltos de significado y, a menudo, malintencionados por no decir que atestados de opinión.
- Diseño: me podéis llamar inmovilista pero es que diseños como este, más de diario gratuito que otra cosa, no me van. Me llevan a pensar en falta de seriedad y en discreta profundización en los temas.
También hay cosas buenas, claro. Secciones frescas (ese tipo de secciones que también salvo en Metro y 20 Minutos), colaboraciones, reportajes interesantes o los pies de fotos de los sábados (ayer los ponía Carmelo Gómez), ayudan a que le dé más oportunidades a este recién nacido. El director, además, también es sinónimo de saber hacer las cosas. Veremos.
Paranoid escucha The Prophet’s Song, de Queen